Comienza un nuevo año, y por tradición creemos que viene lleno de oportunidades y ahora si con la esperanza de lograr todos nuestros propósitos, los que no he alcanzado y también los nuevos: cambiar de trabajo, ascender en mi empresa, conseguir una chamba nueva, terminar la carrera, titularme, aprender otro idioma, ahorrar, pagar las deudas, bajar de peso, hacer ejercicio, etc. ¿Cuántos de estos objetivos traes arrastrando desde otros años?, ¿desde hace cuántos? Si el camino que escogiste para llegar a tu objetivo te parece muy difícil o no te ha permitido llegar a él, no cambies de objetivo, cambia el camino a seguir.
Imagina a las personas que viven en lugares con mucho frío (muchísimo) o calor en extremo, y a pesar de las condiciones climáticas nada los detiene, cada mañana al levantarse salen de sus casas con un solo ideal en mente: lograr sus propósitos; o a aquéllos en condiciones muy pobres y adversas que logran vencerlas y consiguen sus sueños – ¿conoces a alguien así?; piensa también en los que cuentan con alguna discapacidad física o mental y en lugar de “victimizarse” son ejemplo de vida y no necesitan la fama para ser un ejemplo, en una ocasión asistí a un curso impartido por una mujer ciega, fue una experiencia increíble.
¿A ti que te detiene? En ciudades muy conglomeradas te detiene la competencia, es mucha – lo he escuchado, te detiene el tráfico – agranda las distancias; en lugares muy pobres te detiene la infraestructura – no es suficiente, te detienen las “oportunidades” – no hay. A todos los demás los detiene el tiempo – necesitas días de más de 24 horas, a veces es el dinero – nunca alcanza; la verdad yo creo que lo que nos detiene es que nos paraliza el miedo a lograr lo que queremos, y me atrevo a decirlo pues te confieso que he tenido muchos miedos.
Pequeñas victorias te ayudan a lograr grandes conquistas, no tienes que llegar a la meta de inmediato puedes avanzar poco a poco siempre y cuando sigas avanzando, sin embargo uno de los principales problemas sociales radica en que “la inmediatez” es lo que está de moda en el mundo, todo lo quiero en este momento y lo obtenga o no, me ABURRE muy pronto, ya no sabemos disfrutar lo que tenemos o luchar por lo que queremos, nuestros objetivos cambian tan rápido como el tiempo en que tarda Apple en sacar un nuevo iPhone. Por lo tanto, comienza un nuevo año y crees que es el momento indicado para hacer tu lista de resoluciones, pero antes de que te des cuenta volverás a estar perdido dentro de tantos obstáculos para llegar a ellos y probablemente terminarás olvidándolos, ¿qué hacer para no caer en esto?.
1. Define prioridades, si tienes una lista de muchas cosas por lograr te vas a perder tratando de hacer todo al mismo tiempo, haz una cosa primero y otra después.
2. Pon fechas de inicio así como de término, esto te obligara a que tú mismo te pongas la presión necesaria.
3. Haz que cada uno de tus objetivos sea “cuantificable”, aléjate de palabras ambiguas que no te ayudan a saber si vas por buen camino y además pueden hacer que te pierdas.
4. Se realista sin dejar de ser ambicioso; para ser realista tal vez primero tendrás que llegar a un punto y de ahí partir a una nueva meta.
Finalmente haz que nada te detenga, sigue tus instintos y confía en ti, tú eres la persona más indicada para lograrlo.