Algo diferente a lo que habiamos estado escuchando, pero también de buen gusto, y para disfrutar en una tarde de frío, nubes esparcidas por el cielo, una buena copa de vino, una rica pasta, la lectura de un buen libro en pareja y la siempre grata compañía de nuestra esposa, cobijándonos en su regazo y prodigándonos su amor, tiempo y más amor.
A disfrutar, no queda otra.